Trajes y cortinas
cuando estaba a punto de olvidar
los días de la casa de cristal.
Polvo en las ventanas
y las velas amarillas
y las luces que tu hermana nos regaló.
Tu cara de satisfaccion
y los muebles del salón.
Pelis de vampiros
y fantasmas digitales
brillan de pronto en tu cara como una máscara.
Las luces del piso de enfrente
que se encienden y se apagan,
escuchando los discos de Sarah hasta que eran las seis.
Bebiendo vino de cartón,
asomados al balcón.
Miro en la cocina
o en el supermercado,
y la nieve de este cuarto pide dormir
He esperado a veces
pero ahora estoy cansado.
Sólo espero no encontrarte si estás por aqui
Y que no existieras nunca más,
que no existieras más.
Y que no existieras nunca más,
que no existieras más.
sábado, julio 24, 2004
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario